Iglesia de Santa Lucía del Trampal posterior a la última restauración |
Está construida en su totalidad con sillares reutilizados, que son unas piedras rectangulares labradas por varias de sus caras. Estas pertenecieron a otros edificios anteriores a su tiempo, y muchos de ellos, aproximadamente cincuenta, contienen inscripciones de época romana. Una docena de estas inscripciones son aras, o sea, altares dedicados a una diosa indígena prerromana llamada Ataecina.
Plano de Santa Lucía del Trampal |
La iglesia consta de una planta basilical de tres naves separadas. La nave central culmina en el coro, pequeño espacio separado con canceles, que da paso al crucero con tres ábsides independientes. Esta característica le hace especial, ya que es la única edificación de esta época con los tres ábsides almenados en planta, que sigue en pie. También en la planta original de San Juan de Baños se apreciaba la existencia de estos ábsides separados, pero dos de ellos están, hoy, desaparecidos. Detrás de esta nave y tras el coro, se ubica el ábside central. Otro detalle muy importante, como antecedente de las iglesias asturianas, es que las habitaciones laterales, estarían también cubiertas por bóvedas sobre arquerías adosadas a los muros.
Las naves laterales terminan en un muro a la altura del coro, con lo que no tienen ninguna vista ni acceso directo a los ábsides.
Las naves laterales terminan en un muro a la altura del coro, con lo que no tienen ninguna vista ni acceso directo a los ábsides.
Vista de los tres ábsides pertenecientes a la iglesia |
Su restauración final, la cual se llevó a cabo durante varias campañas entre 1984 y 1990, fue realizada por Juan Rosco y Luis Caballero Zoreda.
Hoy día se encuentra en muy buen estado, que permite conocer su estructura original y un muy alto nivel de popularidad.
Ermita de Santa Lucía del Trampal |
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