jueves, 21 de febrero de 2013

La Inquisición en Llerena

¿Qué es la inquisición?

La Inquisición española fue una institución fundada en 1478 por los Reyes Católicos para mantener la ortodoxia católica en sus reinos, en la cuál se cometieron verdaderas atrocidades contra algunas personas por hacer algo tan habitual en todos los tiempos como ser infieles en su matrimonio, practicar ritos diferentes a los establecidos por la religión dominante, decir públicamente lo que pensaban, chocando sus ideas con 
los cánones establecidos... 

Nada más mencionar a la Inquisición,  se produce una extraña reacción en nuestro subconsciente que nos hace pensar en algo prohibido,  nos suena a intolerancia,  a censura,  al recuerdo de una época,  que mantuvo al pueblo sumido en un ambiente de miedo, represión y traición.

La inquisición en Llerena

Llerena, pueblo situado en el extremo sur de Extremadura, era muy representativo, porque allí, estaban la sede y las cárceles secretas del Santo Oficio de la Provincia de León (hago referencia a que la llamada “Provincia de León”, era la denominación que recibía la zona extremeña que pertenecía a la Orden de Santiago).

La Inquisición de Llerena tenía fama de ser la más agresiva de la nación. En definitiva su fama respondía a la que tenían todos los tribunales del reino. Es decir, la población sabía que caer en las redes de la Inquisición era condenar al reo, posiblemente, a ser quemado en la hoguera, a galeras, a ser internado en las cárceles secretas de dicho tribunal, a que se le confiscasen sus bienes, a ser torturado en la cámara del tormento y a que toda su familia presente y futura sufrieran una de las mayores torturas psicológicas, como era la deshonra, por haber tenido en su núcleo familiar un hereje.

La Inquisición, para ejercer su jurisdicción sobre el territorio que configuraba el distrito inquisitorial de Llerena, contaba con una organización de personal igual a la del resto de los Tribunales que existían en toda Castilla. En la sede de Llerena, ejercían sus funciones los ministros y oficiales que constituían el cuerpo central de la organización. Fuera de allí,  distribuidos por las localidades del distrito,  prestaban sus servicios comisarios, notarios, frailes, sacerdotes, familiares etc. A diferencia de los funcionarios del Tribunal de Llerena, estos cargos locales no contaban con remuneración salarial. Los beneficios que reportaban a quien los desempeñaba eran los del prestigio social y los privilegios fiscales y forales que se les concedían.
Muchos varones nobles encendidos con el ferviente celo de la fe, se ofrecieron a servir y defender a tribunal tan sagrado, aunque fuese a costa de sus propias vidas, hasta conseguir que los inquisidores 
fuesen obedecidos y respetados y la causa de la fe defendida. Los Santos Pontífices les 
remuneraron con muchas gracias e indulgencias;  y entre otras,  les concedieron el 
privilegio de convertir a los nobles en familiares del Santo Oficio,  los llamados  
“crucesignatos” de la época de las cruzadas,  concediéndoles jurisdicción temporal y 
protección pontificia.

Las dos comunidades más perseguidas fueron los moriscos y la judaizante, sobre todo la primera, porque los miembros de dicha comunidad solían ser los ricos de la población, mercaderes, hombres de negocios, los cuales tenían unas muy buenas haciendas. Aquí encontró la Inquisición una veta económica importantísima para llenar sus arcas. Y es que a todos los reos condenados se les confiscaban sus bienes, se les quitaban sus haciendas, casas, tierras, así como el dinero que tuvieran.
Esta plaza encierra terribles actos de tortura y sufrimiento.
Es aquí donde murieron miles de personas
 y donde posteriormente se han hallado restos humanos
Fueron varias las personas de la villa de Garrovillas de Alconetar,  que sufrieron la 
persecución de la Inquisición por no ser descendientes directos de cristianos de raza. La sangre tenía que estar limpia, sin mácula,  para poder ser un hombre honrado y tener 
todos los derechos que las Instrucciones de la Inquisición ordenaba.  Si descendías de herejes, las puertas se te cerraban para siempre, no podías vestir de color carmesí, ni usar oro ni plata, montar a caballo, ni viajar a Indias, no podías ejercer trabajos públicos ni escoger una vida religiosa. Los Inquisidores para averiguar todo esto, mandaban al sacerdote de la villa que revisase los sambenitos de los reos, los cuales, estaban colgados en el la Iglesia de Garrovillas de Alconetar. La misión de los mismos era, la de perpetuar la infamia del reo y la de todas sus generaciones, convirtiéndose los templos en verdaderos 
humilladeros públicos. 

Entre los castigos más crueles estaba la de ser condenado a la hoguera, a remar a las galeras de su majestad sin sueldo, a ser azotados con 200 latigazos y, sobre todo, las torturas. Esto era a veces encomendado a alguien por el mero hecho de decir frases como: “Reniego de Dios”,  “No creo en Dios”, “Reniego de la fe”, “Reniego de la cruz del Señor Jesucristo”, o “de la pureza de la Virgen María”.
Llerena, Extremadura, Iglesia de Nuestra Señora de la Granada, escudos de la portada
Sobre el frontón hay tres blasones:
el de Llerena, el papa
l y el del reino de Castilla
En la cámara del tormento de la Inquisición, situada siempre en los profundos sótanos del palacio de la Inquisición para que el resto de reos no escucharan los gritos de dolor del torturado, se vivieron escenas de verdadero terror. Se han descubierto casos de personas a las que se le han roto brazos o piernas durante las torturas, o que se han suicidado de desesperación lanzándose a un pozo común que se encontraba dentro de de las cárceles del tribunal. El cuál los reos utilizaban para asearse.

 La Inquisición de Llerena es un caso un tanto desconocido para los extremeños. Nos hemos ocupado más de investigar América, las órdenes militares, castillos o imágenes y hemos dejado de lado una realidad histórica que durante casi cuatro siglos cambió a la sociedad extremeña. Por ello, me surgió el interés por descubrir los trágicos acontecimientos que les tocó vivir a miles de extremeños como podría haber sido yo, un niño de tan sólo 13 años, que solo por pensar de forma diferente se vieron obligados a sufrir actos inhumanos en sus propias vidas.

He aquí un curioso e interesante caso que deja sin aliento a aquel cuanto lo lee, solo de pensar que este es uno de los miles y miles que sucedieron ciñéndose ¡únicamente a Extremadura!


ISABEL MARTÍN.: Vecina de Llerena de 38 años de edad, fue acusada por dos testigos de haber hecho las ceremonias y ritos de moros,  con esta declaración se mandó prender. Fue votada posteriormente para sufrir, antes de ser ejecutada en la hoguera, en las anteriormente nombradas salas especiales para el tormento, y en el proceso de tortura comenzó a confesar, y habiendo satisfecho al tribunal con sus declaraciones, se votó a que salga al auto de fe en forma de penitente, se le confisquen sus bienes, fuese reconciliada y llevase el hábito a perpetuidad y sea recluida perpetuamente. 







jueves, 14 de febrero de 2013

La alcazaba de Montemolín

La alcazaba de Montemolín es una fortaleza defensiva situada en la parte alta de un  cerro de poca altura de las estribaciones de Sierra Morena. Fue construida en el siglo XII, reformandose en y a partir del 1248. Actualmente se encuentra en estado de ruina, pero se han consolidado sus muros y torres, reduciendo así el rápido deterioro al que estaba sometido. Es un monumento de origen árabe levantado sobre tapial y ladrillo.


Tras su ocupación por los cristianos en el siglo XIII, quedó integrada en la Orden de Santiago con categoría de Encomienda, cediendo a Llerena el papel de foco más señalado de la zona, que junto con Reina, había desempeñado antes. En 1.608 fue cedida por Felipe III, bajo el título de Marquesado de Montemolín, a unos banqueros genoveses, como pago de las deudas contraídas con ellos por la corona. En 1.779 la villa recuperó mediante compra la independización de los italianos. En 1.819 Fernando VII la traspasó de nuevo, ahora a su hermano Carlos, de cuyo dominio fue expulsada definitivamente poco después.

Es un castillo de grandes proporciones, con numerosas torres ochovadas. Se adapta a las condiciones del terreno y es construido en mampostería, cómo bien ya he dicho antes. A los lienzos de la muralla se adosan torres cuadradas, principalmente semicilíndricas,  de pequeño tamaño, repartidas a lo largo de los muros, y una torre posterior de sección semicircular; la disposición de las torres responde al estilo almohade, al igual que el grosor de sus muros. Existe otra torre de composición más artística, a modo de baluarte, es decir, una fortificación de forma pentagonal que sobresale de la muralla, que fue utilizada como alojamiento principal a lo largo de algunas épocas. La Torre del Homenaje, fue modificada para ser adaptada a albergar la Casa de la Encomienda de la Orden de Santiago. En total hay once torres en el recinto, todas ellas con una sencilla planta cuadrada. Las medidas de la fortaleza son: 114 metros de longitud, 54 m. de anchura y 33 m. de altura, y de su perímetro sobresalen torres de diferente configuración y medida.





La puerta principal, que se abre sobre el flanco sur, presenta estructura en recodo y se encuentra defendida por dos torres en avance. Las secciones de la entrada están quebradas para aumentar la vigilancia y dificultar el asedio. El acceso consiste en un arco de ladrillo de 3'10 m. de anchura creando así un pasadizo. El cerramiento de la puerta se realizaba mediante un portón de dos hojas que giraban sobre  un determinado tipo de agujeros, los cuales aún hoy son perceptibles.

De las dependencias que existirían en el interior no existe ni el más mínimo resto o constancia. Su desaparición se debe fundamentalmente a la reorganización interior, la cuál se realizó para adecuar la alcazaba a los nuevos usos planteados por los moradores cristianos y, segundo, a que los edificios interiores son construidos con  materiales más pobres, estos colaboran a que con el tiempo se destruya y a que resista cada vez menos, los destrozos de un asedio.

Como obra de ingeniería más destacada en la fortaleza, los árabes construyeron un aljibe de planta rectangular, y se cubrió con falsa bóveda de medio cañón. Esta fue construida con lajas de pizarra por aproximación de hiladas.

También se edificó otra torre llamada popularmente "Plato de la reina". Su planta semicircular resalta su procedencia cristiana. Esta construcción semicilíndrica se sitúa en el costado meridional del castillo. Su elaboración es en su totalidad de mampostería unida mediante cal.   

El interior del edificio sufrió una potente y resaltada remodelación a manos cristianas y, de acuerdo con la tradición de la Orden de Santiago, se construyó una iglesia.



El siglo XX y los inicios del XXI han sido testigos directos del deterioro de esta obra, la cuál tuvo mucha repercusión como fortaleza en su época y por lo tanto posee una gran importancia y un gran interés histórico-artístico. Ahora se está realizando un proyecto denominado "Alba Plata", que desarrolla una investigación arqueológica y una recuperación de esta obra arquitectónica, aportando datos interesantes del aspecto original que poseyó la alcazaba siglos atrás. Otras de las actividades que se incluirán en el proyecto son:
  • Refuerzo y recuperación de las torres defensivas.
  • Mejora de los accesos o pasillos de circunvalación.
  • Restauración de la entrada.
  • Consolidación de la muralla.
  • Acondicionamiento del aljibe central.
  • Reconstrucción de la torre del Homenaje.
Todas las alcazabas son dignas de admiración, cada una tiene algo de especial, la historia nos hace recordar otros momentos, y hay que cuidar estos recuerdos y aun que los haya buenos y los haya malos, todos se merecen nuestra admiración y respeto. Por eso este tipo de proyectos hacen un gran bien a la sociedad.





   


   














miércoles, 13 de febrero de 2013

La casa del Marqués de Solanda

Casa palacio del Marqués de Solanda
La Casa Palacio del Marqués de Solanda, se encuentra en la calle Gobernador de Zafra, unida al arco de San Antonio (el cuál perteneció anteriormente a la casa); enfrente de la plaza Corazón de María.

Fue construida por Ventura Vaca (ilustre arquitecto de la época) en el 1905.

La fachada está inspirada en una versión italianizante del eclecticismo de finales del siglo XX. En ella podemos encontrar ménsulas, capiteles corintios adosados y frontones curvos que rematan los balcones.

El estilo arquitectónico del interior es neomudéjar. El zaguán de la entrada tiene un zócalo de azulejería, además de una decoración islámica en la parte superior.
La puerta de acceso al patio tiene un bello portón de forja labrada, y con un arco de herradura enmarcado en alfiz apoyado sobre dos columnas.
La vivienda tiene dos plantas:
Patio de la casa

  • Primera planta: Mirando desde el patio, posee una galería de vanos de arco de herradura, todos ellos cerrados con cristaleras.

  • Planta baja: Esta corresponde a una arquería que se abre al patio. Todos los arcos son de herradura y con alfiz.


Cubren totalmente los muros una decoración tipo rombo, rematados en forma de almena escalonada. Representa una arquitectura con el significado de aquello relacionado con las construcciones árabes de a principios del siglo XIV.

Junto al portón del zaguán

Zaguán de la casa del Marqués
de Solanda
BBL:

 TORO FERNÁNDEZ B.: Urbanismo y Arquitecturas Aristocráticas y de Renovación Burguesa en Zafra (1.850 - 1.940). Zafra, 1994.

RONDA IGLESIAS J.: ''Zafra tras su pasado mudéjar''. Revista del Ministerio de FomentoNº493. 2001pp, 28-33.

martes, 12 de febrero de 2013

La torre de San Francisco

Después de desayunar un lunes por la mañana, siendo vacaciones de carnaval, me vestí, cogí mi bici, una libreta y un bolígrafo y me fui directo a la torre de San Francisco. Llegué a las once en punto y lo que más me llamó la atención fue que uno de los laterales se conservaba muy bien. Nada que ver con el lateral opuesto, que ha sido víctima de la destrucción por el paso del tiempo. El estado de conservación de la fachada delantera es considerablemente bueno, se hacen de notar las reparaciones en esta parte del edificio. En cambio, la fachada trasera se puede observar una conservación deplorable, exceptuando el punto culminante de la torre que se conserva perfectamente después de tanto años. En el entro de la fachada principal están esculpidas dos manos fusionadas con una cruz. Esta es la única ventana decorada de la torre.
Se nota, sobre todo al pié de la torre, que los materiales usados son pobres, es decir de mala calidad y poco resistentes. Esto colabora a que se deteriorase de forma considerable con el paso del tiempo.
Después de dar varias vueltas a la torre, torné mi mirada hacia arriba, lo que me hizo darme cuenta de que la parte que mejor se conserva de todo el edificio es el tercer cuerpo de la torre. El cuál parece estar construido por ladrillos. Esta parte del edificio está formada por cuatro salientes verticales llamados pináculos y ocho vanos, dos por cada lado, todos acabados en un arco de medio punto.
La torre de San Francisco tiene tres cuerpos, el primero, parece estar hecho con sillares (este es el material más caro que se ha empleado para construir el ex-convento de San Benito) al igual que las esquinas del resto del edificio; el segundo, se hace con argamasa, un material mucho mas pobre y de mala calidad; y el tercer cuerpo, como ya he dicho, está hecho con ladrillos. La puerta principal señala la fecha de 1998, lo cuál no entiendo porque el edificio fue construido el siglo XV.
En el interior de la Torre pude apreciar los restos de unas columnas y lo que parecían ser unos arcos sellados. Generalmente el interior se encuentra bastante destrozado. También observe que todos los vanos de la torre terminaban en arcos excepto el de la fachada principal, que ya he nombrado, y el del lateral que mejor se conserva. Los dos vanos son cuadrados, la única diferencia es que el de la fachada delantera está decorado y el otro simplemente es un vano cuadrado sin ningún tipo de decoración.
En la entrada pude distinguir con facilidad el arco gótico de medio punto. 
Cuando estaba recogiendo para irme a casa allá sobre las dos, me giré para echar el último vistazo a la torre a ver si no había visto algo importante, cuándo vi unos graffitis que estropeaban de manera atroz un monumento que ha aguantado en pié tantos años  y que seguramente no les habrá temblado el pulso a los culpables a la hora de faltar el respeto a una obra de arte que tanto trabajo ha costado  construir y mantener su existencia hasta nuestros días. 
Ahora hablaré un poco sobre la historia del monumento en cuestión.



El convento existente en Zafra de la Orden Franciscana se puede fechar en 1480. Este fue habitado desde el primer momento por los frailes de la Observancia*.


El convento de San Benito sufrirá en 1565 una ampliación de un claustro y de los dormitorios para albergar un mayor número de frailes y restauración de la torre.

La importancia de este convento viene dada por el número de frailes que albergaba en su interior, siendo cada vez mayor hasta su desaparición. En el 1671, el número de frailes era de de cuarenta y en 1790 ascendía la cifra total a cincuenta y seis.
Hacia 1809, fecha en que se venía librando la Guerra de la Independencia, se trasladan a la Enfermería que poseían en la calle Ancha un total de catorce frailes.
Tras el abandono de los frailes del convento y la posible destrucción por parte de los franceses, sólo ha quedado del mismo la torre, que se ha mantenido en pié hasta nuestros días.


A parte del convento de San Benito y la Enfermería, Zafra siempre a contado con un gran número de instituciones religiosas. Esto llego hasta tal punto que se llegó a comentar que había más religiosos que vecinos. 





*Los frailes de la Observancia: La observantes eran los practicantes de la Observancia, estos habitaban en pequeñas y sencillas moradas y exigía la práctica rigurosa. Vivían en ambiente de estrecha pobreza personal y comunitaria. A principios del siglo XVI, esta familia construyó y recibió grandes conventos y suntuosas iglesias poco acordes con la pobreza profesada.



Puerta principal de la torre










La torre de Espantaperros


En la siguiente foto podemos apreciar cómo la torre
está separada del resto de la muralla.
La Torre de Espantaperros es una destacada fortaleza musulmana visible desde la lejanía y situada entre las callejuelas de la parte alta de Badajoz. Es una de las referencias monumentales más significativas de la ciudad. 

   Su historia se remonta a la época del dominio almohade, a la segunda mitad del siglo XII, unida a la construcción de la fortaleza que hoy día en Badajoz permanece, y que entonces realizó el Califa Yakub Yusuf. 


Pero no siempre ha estado en el estado de conservación actual, prueba de esto es que en el verano de 1920, el estado de ruina era preocupante. Un par de años después parte de la torre se desplomó cayendo al interior de una de las viviendas que tenía adosadas. El alcalde, a instancias del arquitecto municipal, exigió a la Comisión de Monumentos que se pronunciara: se restauraba la torre o se demolía. Esta fue restaurada por Ventura Vaca.

La muralla de la alcazaba se planteó con numerosas torres defensivas y entre ellas encontramos la Torre de Espantaperros que ocupa un lugar primordial por su importancia y por su originalidad.


Pertenece esta torre al género de las albarranas, separadas de la muralla con el fin de favorecer la defensa vigilando y avisando en caso de invasión.  Es bastante impresionante la distancia que aguarda la Torre de Espantaperros con el recinto, dado que son unos 24 metros aproximadamente.

El modelo se extendió a otras fortificaciones de la región extremeña , toledana y en la cercana y conocida Torre del Oro sevillana que constituye un paso más en la elaboración de este esquema y algo más posterior, cronológicamente hablando, a la que comentamos en Badajoz.


La planta que se ve en la foto es octogonal construida al tapial con mezcla de cal y tierra.   Presenta esta torre la particularidad de contar con un cuerpo edificado y habitable en su parte superior frente a la casi totalidad del resto de torres semejantes que se construyeron como bloques macizos.

La torre de Espantaperros iluminada por la noche
   A la altura del pasillo que une la torre con el adarve, se abre un primer piso. En su centro se construyó una estancia de planta cuadrada, conformando así el resto del espacio una nave anular. La estancia se cubre mediante una bóveda, mientras que en la nave, dividida en tramos cuadrados y triangulares, se dispusieron bóvedas de arista. Unas finas aspilleras con gran derrame al interior, dispuestas en algunos de los frentes, representan todo el medio de comunicación de la torre con el exterior. Desde esta planta, mediante una estrecha escalera, se asciende a un segundo piso que está concebido de manera idéntica al anterior. Finalmente, sobre este segundo piso, se formó una terraza almenada que corona el remate de la torre.
   En el centro de la terraza se eleva un cuerpo de sección cuadrada, realizado en ladrillo, y que representa un añadido mudéjar del siglo XVI. Se erije en el núcleo de la torre favoreciendo así su sentido de elevación pero desvirtuando lo que fuera su aspecto original. En el interior de este cuerpo puede apreciarse otra construcción de proporciones más reducidas, en mampostería, con pequeños vanos de distintas formas, que sería el remate original.
   La Torre de Espantaperros fue utilizada como campanario en el siglo XVI; allí estuvo colgada hasta el siglo pasado la campana que hoy se guarda en el Museo Arqueológico Provincial. Para hacerla sonar desde abajo, se realizó una abertura que todavía se aprecia en las bóvedas centrales.


 Antiguamente, esta torre era llamada Atalaya o Vieja, pero actualmente recibe el nombre popular de Espantaperros relacionado con el efecto sobre estos animales del ruido de la campana.






Fachada de la casa del Ajimez

La fachada de la casa del Ajimez de Zafra es algo peculiar, por eso esta entrada la tiene como título.

La casa del Ajimez de Zafra 


Entre todos los edificios que conforman la calle Boticas de Zafra, destaca por su singularidad, la conocida como casa del Ajimez (hoy Centro de Acogida al Turista), una casa mudéjar del siglo XV, que albergaba en su interior una de las boticas. Contiene también un ajimez, lo que le da nombre al edificio.

El Ajimez (definición)

Se llama ajimez a la ventana arqueada que está dividida en dos partes iguales mediante una colmna.

La fachada


La fachada es lo que le da la singularidad al edificio en cuestión.
La portada es de ladrillo, esta muestra un gran arco adintelado enmarcado por un original alfiz de lacería. Encima, se dispone el ya mencionado ajimez de esta casa, se trata de una ventana partida por una pequeña columna de mármol, sobre la que descansan dos arcos de resonancia nazarita. Aunque la fachada es una obra mudéjar del siglo XV, como ya dijimos antes, el esgrafiado, que la cubre en parte, puede fecharse sobre el siglo XVII, ya que esta técnica decorativa era muy usual en esa época.

Los elementos redondos de hierro, que se pueden apreciar en la imagen atravesando horizontalmente la mitad de la fachada, son unos anclajes que se utilizaron para sostener y soportar la antigua vivienda, en la restauración que fue llevada a cabo cuando se hizo cargo del edificio, el Plan de Dinamización Turística ya en el siglo XX.





BBL:

MOGOLLÓN CANO-CORTÉS P.: El mudéjar en Extremadura. Badajoz, 1996.

MAZA GÓMEZ C.: Zafra, escondida y acogedora. Autoedición, 2012.